Por Charles Kimber. La industria forestal ha avanzado en contar con mecanismos eficientes de generación de energía, limpia y renovable, y que además mejoren la productividad de las plantas.
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El cambio climático es uno de los temas que marcan la agenda política, social y económica en el mundo entero. De esta manera el concepto de eficiencia energética -cuyo mes se está celebrando a nivel mundial- cobra relevancia como una de las medidas más importantes para hacer frente a los temas relacionados con el calentamiento global.
En la actualidad, cerca del 70% de los países están generando medidas para optimizar la demanda energética, agrupándose en objetivos tales como aseguramiento del abastecimiento de energía en condiciones de eficiencia productiva; promoción del uso de fuentes energéticas alternativas y renovables; y desarrollo de marcos regulatorios que propicien medidas de eficiencia energética, entre otros.
Según datos del American Council for an Energy-Efficient Economy (Aceee), Alemania lleva la delantera a nivel mundial. Con una política de Estado clara y decidida, así como con esfuerzos coordinados de los actores públicos y privados, este país ha logrado un completo desacople de sus curvas de crecimiento económico de aquellas de consumo energético, mostrando cifras contundentes de baja de consumos, pese al crecimiento de su economía. Para ello ha impulsado amplios programas de capacitación dirigidos a los usuarios y consumidores a nivel empresarial, público y privado, respecto a tecnologías y soluciones conducentes a un uso más eficiente de la energía.
Chile avanza también en esa línea. En este sentido, resulta imperativa la ley sobre eficiencia energética que se tramita en el Congreso y que busca, principalmente, implementar un sistema de gestión de energía para empresas y establecer un plan de acción anual de eficiencia energética con objetivos y metas de reducción.
En esta misma línea, son varias las industrias que han aplicado de manera sistemática distintos mecanismos para ser un aporte real en esta materia. Un ejemplo de esto es la industria forestal, la que ha avanzado en contar con mecanismos eficientes de generación de energía que, además, mejoren la productividad.
En el caso de Arauco, producimos energía limpia y renovable a partir de biomasa forestal que surge de ciclos virtuosos con la naturaleza. Esto nos permite autoabastecemos de electricidad siendo eficientes energéticamente. Incluso generamos excedentes, los que son aportados a la matriz energética contribuyendo a su diversificación.
Es de esperar que el proyecto de ley avance, con el objetivo de que Chile cuente con el necesario marco que nos permita como sociedad avanzar y, al mismo tiempo, generar conciencia sobre cómo optimizar y hacer un uso racional de los recursos.
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Fuente:Pulso www.chileenergias.cl
